Esposas, compañeras y madres de conductores profesionales crearon hace más de dos años el Colectivo Mujeres de Transportistas para mostrar los problemas del sector y sus consecuencias familiares. Apoyadas por su página de Facebook, apuntan también posibles soluciones para mejorar las condiciones laborales de los transportistas españoles y de sus familias.

Formado por un grupo de más de 670 personas de todo el país, el colectivo se forja a raíz de relaciones familiares gestadas por las largas ausencias de un marido o un padre, y que se han agravado notablemente con la situación de crisis que atraviesa el sector. En la siguiente entrevista, parte de sus socias fundadoras (actualmente están al frente del Colectivo están Inma Ojer y Maite Ruiz) nos cuentan el proyecto mientras nos desvelan que lo que más les motiva es que en un mundo donde predominan los hombres, están consiguiendo su apoyo y confianza.

¿En qué momento surgió la idea de establecer el Colectivo Mujeres de Transportistas?
La idea surgió hace más de dos años, al establecer contacto por las redes sociales varias mujeres de transportistas y de distintos sectores del transporte. A través de nuestras conversaciones nos dimos cuenta de que todas teníamos las mismas inquietudes y problemas referidos al sector.

¿Cuáles son los objetivos concretos de la asociación?
El más importante es conseguir que nos escuchen cuando mostramos la situación real que están padeciendo los transportistas. Queremos contribuir a que el trabajo que realicen sea digno, basado en el cumplimiento de la ley. Entre otros hechos, queremos denunciar que muchas personas y entidades incumplen constantemente la normativa, con el agravante de que quedan impunes.

¿Qué medidas habéis puesto en marcha y qué fruto han dado?
Hemos realizado una intensa labor, dirigido cartas a todas las instituciones públicas, así como asociaciones en un intento de que se nos escuche. Lo cierto es que nos han respondido muy educadamente pero no nos han proporcionado ninguna solución. Por supuesto, ha habido entidades que ni tan siquiera han respondido a nuestra petición de ayuda, pero ello sólo ha servido para trabajar con más ganas.

¿Qué otras iniciativas habéis realizado?
Hemos asistido a reuniones con asociaciones de transporte y sus mesas de trabajo en algunas convenciones nacionales; tuvimos una reunión en el Ministerio de Trabajo, con el director del trabajo autónomo. De todas nuestras actuaciones hemos extraído una importante conclusión: que las cosas de “despacho van despacio” y como lo que no nos sobra es tiempo, pues les dejamos con sus buenas palabras y empezamos a tomar iniciativas, más activas y concretas, como por ejemplo la realizada por una de nuestras compañeras consistente en pedir firmas para mejorar la seguridad de los transportistas en áreas de servicio.

¿Cuáles son los problemas que están motivando más denuncias del colectivo?
El problema más importante son los retrasos en el cobro de los servicios. En muchos casos las facturas se están abonando a 180 días y con un agravante, la forma habitual de pago es el pagaré, en muchos casos “papel mojado” si finalmente el transportista no puede cobrarlo. Pero, aún más grave que el impago en sí es la impunidad del que no paga, la ley no actúa contra las empresas que no abonan las facturas correspondientes.

¿Qué otros problemas identifica el Colectivo Mujeres de Transportista?
El otro gran problema es el precio que se cobra por el servicio, prácticamente el mismo que hace 10 años, lo que hace muy difícil la supervivencia de la empresa. La realidad nos muestra que, con el precio actual del gasoil, se está trabajando por debajo de coste. También hemos denunciado la competencia desleal que se está produciendo a través de la realización del cabotaje por transportistas extranjeros o las prácticas abusivas de las agencias de transporte, que se aprovechan de la dependencia que el transportista tiene de ellas para convertir nuestros camiones en almacenes improvisados por el mismo precio. Por último, estamos denunciando también que nos sentimos totalmente desprotegidos por los que se supone que luchan por nuestros intereses, es decir, asociaciones, agrupaciones, sindicatos, Comité Nacional, etc.

¿De qué manera afecta a las familias la complicada situación del sector?
Afecta en el día a día, tanto en el ámbito personal como en el familiar. Trabajar en las condiciones que lo están haciendo al final tiene sus consecuencias. Insistimos en que se está trabajando a precios más bajos que hace 10 años, mientras siguen aumentando los costes fijos (impuestos, seguridad social, etc.) y los variables (gasoil, talleres, repuestos, etc.).

Y el futuro cercano, ¿qué acciones tienen pensado realizar?
Seguiremos trabajando para conseguir la unión de los transportistas y continuaremos denunciando el incumplimiento de las leyes. Si éstas se cumplieran, la tasa de supervivencia de los transportistas se multiplicaría por diez, permitiéndonos sobrevivir a la crisis y esperar tiempos mejores. Y, por supuesto, si tenemos que salir a la calle con nuestras camisetas, lo haremos porque el transporte es necesario para el bienestar social.