Como en toda protesta que se precie, las cifras de la huelga de transporte de estos tres últimos días en Barcelona no consigue poner de acuerdo a nadie. Mientras los sindicatos aseguran que el seguimiento “está siendo un éxito”, patronales como CETM o Astic afirman que “está siendo muy escaso”. Así, la CETM ha indicado que los trabajadores que están secundando la huelga apenas supera el 8%, pero las agrupaciones sindicales calculan que el seguimiento está por encima del 60%.

Cifras aparte, lo que sí es evidente es que la huelga convocada por UGT y CCOO ha conseguido interrumpir la actividad en puntos clave para la logística barcelonesa como el puerto de Barcelona, el CIM Vallés o la ZAL. La acción de los piquetes, especialmente a primera hora del día, está complicando mucho la circulación de los camiones en estos puntos neurálgicos.

La Organización Empresarial de Logística y Transporte (UNO) ha asegurado en una nota de prensa que lo peor de esta huelga es la actitud de la Consellería d’Interior de la Generalitat que “impide que los Mossos d’Esquadra actúen adecuadamente contra los piquetes informativos que no ejercen adecuadamente sus derechos”. Pero UNO va más allá y afirma que existen negociaciones entre los Mossos y los piquetes para dejarles “actuar libremente siempre que no produzcan graves alteraciones del orden en su presencia”. Asimismo, dicha patronal comenta que se han producido “pinchazos, quema de neumáticos, pintadas en vehículos e instalaciones y hasta conatos de violencia física”.

Por su parte, UGT ha explicado que la respuesta de las patronales ACET y TRANSCALIT a la negociación del convenio colectivo de Barcelona está siendo nula. Con este panorama, se abre la posibilidad de nuevas movilizaciones después de Semana Santa.