El Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) y las principales empresas cargadoras de AECOC han mantenido un encuentro esta semana para abordar aquellas cuestiones del transporte sobre las que parece haber diferencias insalvables. Las reuniones entre transportistas y cargadores fueron interrumpidas hace más de un año y medio tras no alcanzar un acuerdo sobre el desarrollo de las medidas acordadas con el Ministerio de Fomento en abril de 2011. AECOC estuvo representada en la reunión por su Comité Logístico, con empresas como El Corté Inglés, Leche Pascual, Mahou-San Miguel, Carrefour, Henkel Ibérica, Mercadona, Danone o Eroski.

Los transportistas pretenden abordar con los cargadores modificaciones legales como la acción directa, los plazos de pago, la cadena de subcontratación, los pesos y las dimensiones de los vehículos, la Euroviñeta, la contratación mediante tender (subasta) y la cláusula de revisión del precio del transporte en función de la variación del precio del gasóleo.

El CNTC plantea a las empresas cargadoras la necesidad de mejorar las relaciones comerciales entre clientes y transportistas. Según Fenadismer, «la actuación de los cargadores está llevando a la destrucción de un importantísimo número de transportistas al imponer una bajada generalizada de los precios del transporte pese al aumento de los costes”.

Ambas partes constituirá un grupo de trabajo para tratar el detalle de estas cuestiones próximamente. Según la patronal de transporte, el objetivo es “alcanzar éxitos similares a los logrados en épocas anteriores, como cuando se acordaron las Normas RAL, que permitieron acercar posturas  y mejorar la situación relativa a las operaciones de carga y descarga”.

Por su parte, la Asociación de Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) se muestra partidaria de dar impulso a estos nuevos contactos con propuestas concretas elaboradas desde el seno de la IRU. Para ello, ASTIC aportará un código voluntario con recomendaciones sobre cómo comportarse en caso de conflicto entre el conductor y el personal de la zona de carga; en la integración de cláusulas específicas en los contratos de transporte que aclaren las responsabilidades de cada uno y se controlen los tiempos de espera y sobre el uso de herramientas informáticas que muestren la disponibilidad de los muelles, de la mano de obra y de los almacenes.