El Brexit abre un nuevo escenario para el transporte por carretera
El pasado 23 de junio el Reino Unido decidió no formar parte de la Unión Europea, abriendo un período de cambios e incertidumbre en toda Europa ante una nueva situación que es conocida bajo el nombre de Brexit. Al margen de implicaciones sociales y laborales, desde el momento que el Reino Unido ya no forme parte de la UE la economía de Europa y las reglas de juego de los intercambios comerciales no serán los mismos.
Evidentemente, todo lo que afecte a relaciones comerciales e intercambio de mercancías afecta directamente a las empresas de transporte de mercancías por carretera. De hecho, las consecuencias serán importantes y obligarán a las empresas a prepararse para cuando la separación del Reino Unido sea real, previsiblemente dentro de dos años.
En líneas generales se verán afectadas todos aquellos transportistas que gracias a su trabajo hacen posible que España exporte anualmente más de cuatro millones de toneladas de mercancías por carretera, por un valor estimado de 18.231 millones de euros. Asimismo, el número de importaciones también es importante, éstas han ascendido a más de 2,5 millones de toneladas por un valor de 12.584 millones.
Principales consecuencias
La reducción de las exportaciones afectaría principalmente a los sectores del transporte de productos agroalimentarios, automoción, productos farmacéuticos y mercancía general. Desde el punto de vista de la forma de actuar las empresas de transporte, así lo recuerda Fenadismer, se producirían varias consecuencias destacadas. Por un lado, la derogación automática de la autorización de transporte europea (licencia comunitaria), que permite en la actualidad realizar ilimitadamente transportes entre España con Gran Bretaña, e incluso transportes de ámbito nacional por los transportistas en el país donde no están residenciados.
Así, cuando la separación sea efectiva, “se volvería al escenario de un convenio bilateral por un nuevo régimen de autorización para permitir el tránsito de vehículos de transporte entre la Unión europea y dicho país”, destaca Fenadismer.
Por otro, a tenor de que el Reino Unido forma parte de la Unión Aduanera, que establece la eliminación de las fronteras entre los países miembros con relación al transporte de todas las mercancías, una vez que el Reino Unido abandonase la UE, se establecerían nuevos criterios aduaneros y arancelarios tanto en la exportación como importación de mercancías, así como el restablecimiento de las fronteras de acceso entre ambos territorios.
Prudencia, formación y comunicación
Es evidente que entre las especialidades de transporte que más se verán afectadas por el nuevo escenario se encuentran las de transporte de mercancías bajo temperatura controlada. La Asociación Española de Transporte Bajo Temperatura Dirigida (ATFRIE) es quien representa los intereses de las empresas españolas dedicadas a esta especialidad.
Juan Manuel Sierra, nombrado recientemente secretario general de la asociación, asegura a Infotransport que “de momento lo que se tiene que mostrar es prudencia y calma. Quedan dos años de trabajo y decisiones en las que sabremos realmente de qué forma quedarán las relaciones entre el Reino Unido y el resto de la UE”.
ATFRIE está recomendando a sus asociados “que estén preparados para negociar con cada uno de los clientes del Reino Unido, porque lo que está claro es que la burocracia se multiplicará o triplicará, y eso tiene un coste, como lo tendrá si se implantan las aduanas”. Dicho de otro modo, “habrá que renegociar los contratos poniendo mucha atención en todos los costes nuevos que se producirán”.
Por su parte, ASTIC, que por su carácter de internacional también se verá muy afectada, emitió un comunicado en el que tras compartir la sorpresa generalizada por el resultado del referéndum celebrado en el Reino Unido, destaca que el mercado británico -aunque no es el más importante en el marco UE- es relevante para el sector, a tenor de los millones de Tn que se transportan entre ambos países.
Desde ASTIC recuerdan también que el Brexit es un proceso que llevará como mínimo dos años, tras el cual quizás se establezca una frontera en Calais, “lo previsible es que sea como la que actualmente existe en Algeciras entre Marruecos y Europa. En términos sectoriales sin ser lo deseable tampoco representa una hecatombe. De hecho, Algeciras es el quinto puerto de Europa en tránsito de mercancías”, puntualiza en ASTIC.
Finalmente, ASTIC destaca que se abre un periodo de atenta vigilancia en el que, además de demandar que los organismos de la UE informen sobre el proceso en plazo y transparencia, las asociaciones sectoriales deberán hacer un exhaustivo seguimiento de los acontecimientos para que las empresas puedan ajustar sus estrategias a esta nueva realidad europea.