El transporte español insiste en la falta de armonización legislativa
El sector del transporte español lleva años denunciando los problemas que conlleva competir con países en los que la legislación socio-laboral es completamente diferente a la nuestra. Las diferentes normativas entre países comunitarios no sólo dificultan el trabajo diario de los transportistas, también están generalizando el trabajo por debajo de costes (dumping). Esta competencia desleal motiva que muchas empresas se instalen en países con salarios más bajos, con menos impuestos e incluso con menores sanciones administrativas en caso de cometer infracciones.
La presentación del estudio sobre el régimen jurídico-laboral en el sector del transporte por carretera en Europa, elaborado por la Fundación Corell, ha servido para confirmar que la falta de armonización existe a unos niveles más altos de lo que se creía. Marcos Basante, presidente de ASTIC, exigió que se armonicen las condiciones laborales en el conjunto de la Unión Europea, pero aun es más necesario en España, donde en la actualidad tenemos que competir con la realidad de “convivir con más de 60 convenios colectivos«. Basante opina que la situación es tan grave que si seguimos así «ya no hablaremos de rumanización, sino de un sector precario, para empresarios y trabajadores, y este sector no se lo merece».
Armonización inexistente
Emiliano Alonso, responsable del informe elaborado por la consultora Alonso y Asociados, explicó que durante la elaboración del informe “hemos detectado que la armonización entre los diferentes países es prácticamente inexistente. Las diferencias en la legislación laboral son enormes, hay gran disparidad en las normativas actuales, lo que hace muy difícil que las empresas puedan competir en igualdad”. Alonso señala: “no hemos encontrado datos sobre el coste económico que tiene está falta de armonización, pero calculamos que es de miles de millones de euros. Si los legisladores europeos calcularan el coste, probablemente intentarían poner solución”.
Sindicatos y empresas
Para Michael Nielsen, delegado general de IRU, no hay duda de que estamos ante “retos muy complejos por la falta de armonización de cuya desaparición depende que consigamos acabar con el dumping social y con aquellos que aprovechan recovecos legales para hacer competencia desleal». Para Nielsen, conseguir superar esta situación dependerá de la capacidad de negociación que tengan los sindicatos y las patronales. Nosotros hablamos de forma continúa con ellos, no tanto para conseguir armonizar en salarios –las situaciones sociopolíticas de cada país son tan dispares que eso no sería posible-, como en cuanto tiempos de descanso o tipos de infracciones cuando se comete una irregularidad”, apuntó.
Juan Luis García Revuelta, vicepresidente de ETF, incidió en el hecho de que «cada vez son mayores los problemas sociales y labores por falta de leyes armonizadas. Las empresas dicen que hacen prácticas empresariales alegales, nosotros creemos que son ilegales. Según Revuelta, el dumping social no deja de aumentar, “gravado por el hecho de que los diferentes países comiencen a establecer sus propias regulaciones, como ejemplo lo que ha pasado en Francia con la prohibición de hacer el descanso semanal en la cabina. Nosotros estamos de acuerdo, pero hay que reconocer que eso cambia las circunstancias, implica un mayor coste que no se da en otros países, lo que produce una grave distorsión”.
Diego Buenestado, responsable de SMC-UGT, aseguró que se podría mejorar la situación actual, “absolutamente caótica”, dando más valor a los convenios colectivos. “Creemos que son una buena arma para luchar contra la falta de armonización y permitiría negociar a quien realmente lo tiene que hacer: empresas y trabajadores, dejando al margen la Administración que es la que, al menos en la Unión Europea, está agravando el problema permitiendo que cada país regule a como quiera, sólo atendiendo a sus intereses y no a los del conjunto de la Unión Europea”.
Ramón Valdivia, director general de Astic, aseguró que se debería empezar por armonizar en casa. “Necesitamos un convenio sectorial nacional que ponga fin a las diferencias salariales entre las provincias y es que, no lo olvidemos, competimos en un marco legislativo del siglo XIX”. El secretario general de ASTIC apuntó que podría haber llegado la hora de plantearse la creación de un convenio específico para el transporte internacional. “Es evidente que no es lo mismo hacer una transporte entre Barcelona y Zaragoza que entre Zaragoza Alemania. La armonización es muy difícil cuando se parten de situaciones tan dispares”, aseguró Valdivia.
El acto de presentación del informe contó con la intervención de Emilio Sidera, subdirector general de Ordenación del Ministerio de Fomento, que afirmaría que Fomento es consciente de la necesidad de armonizar, “eso lo tenemos todos claro, lo que ya no está tan claro es en qué aspectos concretos. Según quién sea el interlocutor, quiere armonizar aquellos aspectos en los que su falta les perjudica. Que quede claro, armonizar significa hacerlo con todas las consecuencias”, señaló Sidera.
La clausura de la jornada corrió a cargo de Enrique Barón, presidente del Parlamento Europeo entre 1989 y 1992, quien recordó que la armonización no es un concepto que entre como tal dentro de las competencias de la Unión Europea y que las cuestiones laborales son básicamente competencia de los diferentes Estados.