Gas natural vehicular como alternativa económica y sostenible
Un camión impulsado por gas natural vehicular (GNL) que realice unos 10.000 kilómetros al mes ahorrará unos 8.000 euros al año en combustible, con respecto al mismo tipo de vehículo que use gasóleo. Al menos esta es una de las principales conclusiones de una jornada profesional celebrada en el marco del Salón Internacional de la Logística.
No es la primera vez que esos datos de ahorro en el coste de combustible son mencionados desde quienes promueven y utilizan este tipo de combustible. En esta ocasión, también han sido los datos contrastados por una compañía de transporte como Fercam. Xavier Majem, gerente de la empresa, ha explicado su experiencia con diez vehículos industriales que funcionan con GNV.
Majem asegura que sus vehículos “están consumiendo una media de 28 kilógramos de gas a los 100 kilómetros, mientras el consumo de diesel, que además es mucho más caro, es de 32 litros, recorriendo la misma distancia”. Así la situación, parece que es muy claro que el conjunto del sector “mayoritariamente” debería pasarse a este tipo de combustible, si además tenemos en cuenta todas las ventajas medioambientales que conlleva. Ello sería una buena idea, si no fuera porque hay una serie de cuestiones que convierten a esta alternativa en “un poco menos beneficiosa”.
Entre esas desventajas, muy bien expuestas por Fercam, sin duda la más destacada es el hecho de que un camión con esta tecnología cuesta una media de un 20% más que un diésel. Una importante cantidad que convierten, insistimos, a esta modalidad “no tan interesante”.
No es la única desventaja, “quizás para mí la más destacada es que no se sabe cómo evolucionará el precio de la materia prima, y no se sabe porque fundamentalmente su bajo precio se refiere a la menor carga impositiva y eso puede variar en cuanto el Gobierno lo modifique”, asegura el gerente de Fercam.
Existen también otras desventajas, al menos desde el punto de vista de Majem Fabres. Así, asegura que no hay que desdeñar las reticencias del conductor, “es un vehículo nuevo y siempre les cuesta la adaptación”, pero también importante tener en cuenta la limitación de rutas –hay que adaptarse a la ubicación de las gasenerías o “la mayor frecuencia del mantenimiento del propio vehículo, que puede interferir en la actividad de la empresa”.
Impuestos “bajos” asegurados
Entre las cuestiones que más preocupan al sector del transporte está la posibilidad de que se eleven los impuestos que abonan –el aplicado al combustible es uno de los más altos–. Así las cosas, la posibilidad de que los impuestos aplicados al gas natural se incrementen puede ser un elemento clave que reduzca la posibilidad de que más transportistas apuesten por el GNV.
Precisamente negar esa evidencia fue la primera declaración del subdirector general de GNV de Gas Natural, David Fernández, quien ha asegurado durante la jornada que la dicha política, la impositiva sobre el combustible, se decide en Bruselas, “podemos asegurar que la Comisión Europea ya ha garantizado su menor carga impositiva corto y medio plazo”.
David Fernández, que no ha querido insistir, dando por válidos los datos ofrecidos por Fercam, en el ahorro en el precio del combustible que supone la utilización de un vehículo pesado de GNV, sí que mostró su satisfacción de que “cada día más marcas, fabricantes de camiones, apuestan por este tipo de vehículos, y ya existen modelos de 400 caballos de potencia, más capacitados que los de 330”.
Durante la ponencia se ha evidenciado que marcas como Iveco, Merdeces-Benz, MAN o Volvo, ya disponen de vehículos de fábrica con esta tecnología. La gama se amplía en el caso de las furgonetas, donde prácticamente todos las marcas cuentan con algún modelo, es el caso de Fiat, Seat, Volkswagen, Skoda, Lancia, etc.
En definitiva, y con el tiempo se verá “su recorrido”, todo indica que el GNV ha “entrado con fuerza” en el sector del transporte por carretera, muy necesitado de ahorrar costes, pero también de quitarse “la mala imagen” de ser el sector más contaminante en la actualidad. Las marcas, los fabricantes tienen mucho que decir, apostando por esta modalidad y reduciendo el precio de los vehículos, hoy día, insistimos, un 20% más caros que un modelo diésel.