La compañía barcelonesa Cisternas Navarro está especializada en transporte de aceites para uso alimentario y chocolates, una actividad que requiere cisternas totalmente específicas. Con sede central en Santa Perpètua de Mogoda, esta empresa familiar tiene sus orígenes en la trayectoria de más de 25 años como autónomos en el mundo del transporte con camiones-cisternas de los hermanos Francisco, Emilio y Jordi Navarro. En el año 2004 crearon Cisternas Germans Navarro con el objetivo de dar un servicio de calidad y diferenciado a sus clientes.

Como explica Jordi Navarro a Infotransport, “siempre hemos estado especializados en el sector de cisternas, sobre todo en el transporte de aceites, tanto vegetales, hidrogenados, saturados, o de origen de soja, oliva o girasol, pero siempre para uso alimentario. En la actualidad trabajamos para una de las refinerías más grande y puntera en Europa, y tenemos clientes de todo el sector de la alimentación”, destaca. La especialización en el transporte de chocolates surgió de la necesidad y demanda de algunos clientes de Cisternas Navarro. “Es un transporte que necesita un procedimiento de descarga más complejo, tanto a presión como a través de bombas lobulares”, advierte Jordi Navarro.

Dos de los tres hermanos fundadores de Cisternas Navarro

Cisternas especiales
Para transportar chocolate, insiste el responsable de Cisternas Navarro, es necesario que las cisternas estén equipadas con bombas, compresores, termómetros para controlar que la temperatura sea la idónea, y calefactores, que mantienen la temperatura y facilitan la descarga. Además, las cisternas requieren un diseño específico que facilite la salida del chocolate y no se queden grandes cantidades acumuladas en las cubas.

Ante la especialización que suponía desde un primer momento el transporte de estos dos tipos de productos destinados al consumo alimentario, Cisternas Navarro quiso ser pionera en auditarse para ser un referente de calidad y formar parte de la cadena alimentaria. Por ello, fue una de las primeras empresas en contar con la homologación de Análisis y Puntos Cítricos en el sector de la alimentación (APPCC), diseñada por la industria alimentaria y de la gran distribución para preservar la seguridad en el sector. Es una certificación actualmente obligatoria pero que Cisternas Navarro solicitó voluntariamente desde sus inicios. “Ahora este tipo de certificaciones son necesarias porque de lo contrario no se puede trabajar con estas industrias”, aunque Jordi Navarro reconoce que todavía hay algunas empresas que no las tienen.

Parte de la flota de Cisternas Navarro

La compañía nueve un volumen total de aproximadamente 2.000 toneladas diarias de aceite y chocolates, tanto de producto crudo a granel en cisterna que entra en fábrica como de producto que sale posteriormente ya refinado. De hecho, la compañía trabaja para marcas muy conocidas de aceite. Cisternas Navarro también ofrece servicios de transporte de producto envasado en palets o carga general aunque, hoy por hoy, “no es una modalidad de transporte fuerte en nuestra actividad”, reconoce Jordi Navarro.

La flota actual de Cisternas Navarro supera las 20 cisternas y también cuenta con cuatro cajas móviles. Mientras, el capital humano lo forman una veintena de trabajadores, la mayoría chóferes. La flota de Cisternas Navarro es mayoritariamente propia, con un 90% de trabajadores de la empresa, “aunque también hay un pequeño porcentaje de autónomos para afrontar momentos puntuales”, matiza el gerente.

El transporte de chocolate representa aproximadamente un 30% de la actividad de Cisternas Navarro y el resto es transporte de aceites alimentarios. En cuanto al ámbito territorial, en Cataluña se produce aproximadamente un 50% del total de la actividad, otro 40% es transporte en el resto de España y un 10% es transporte internacional. En esta última actividad, la compañía procura siempre tener retornos “porque de lo contrario no salen los números, pero hemos transportado chocolate a Francia, Alemania, Reino Unido e incluso hasta Polonia”, asegura Navarro.

Detalle de uno de los vehículos de Cisternas Navarro

Crecimiento y nuevas instalaciones
En 2013 Cisternas Navarro ha superado los dos millones de euros de facturación y el objetivo para el actual 2014 es, lógicamente, incrementar esta cantidad gracias, además, a las nuevas instalaciones que pondrá en marcha la compañía a mediados de año.

Concretamente, las nuevas instalaciones se ubicarán en el polígono de Santiga de Santa Perpètua, dentro de una parcela de 32.000 m2, de los cuales construidos serán aproximadamente 28.000 m2. Dispondrán de servicio de limpieza interior de cisternas, autolavado para vehículos industriales, zona de vending, área de servicio al transportista, además de acoger las oficinas centrales. Asimismo, “hemos llegado a un acuerdo con el ayuntamiento de Santa Perpètua para que nuestras instalaciones sean también el parking municipal de camiones, lo que permitirá cerrar el actual parking de vehículos pesados que está muy céntrico y genera grandes molestias ambientales”. Las obras empezarán en las próximas semanas con el objetivo de que estén concluidas a finales de agosto. El acuerdo con el ayuntamiento es por 30 años y la inversión supera los dos millones de euros.

Por lo que se refiere a nuevos proyectos de transporte, la empresa se propone ampliar su actividad a otros ámbitos, siempre dentro del sector de la alimentación y con productos que requieren una mayor especialización. Jordi Navarro prefiere no fijar fechas concretas para iniciar la diversificación porque es necesario hacer un análisis detenido, pero la compañía ya está trabajando en ello.

Uno de los chóferes de Cisternas Navarro

Visión del sector
En cuanto a la dura situación que vive el sector de transporte en los últimos años, Navarro afirma: “soy un fiel defensor del transporte por carretera y me gusta pensar que está cambiando y la gente es cada vez más profesional, con un poco más de colaboración entre todos los que conformamos este sector y aprendiendo de los errores cometidos”.

Es consciente que por desgracia “hay mucho intrusismo, pero las cosas se pueden hacer bien y los profesionales de verdad están saliendo adelante, porque aquí o se gana dinero o se tiene que cerrar, no hay otra salida”, opina sobre las constantes bajadas del precio del transporte que se producen en las negociaciones con los clientes. En este sentido, advierte que “quien quiere transporte barato al final hace una criba entre transportistas baratos, pero después tiene el servicio que tiene”, en clara referencia a la falta de calidad y los problemas que genera coger un transportista sin garantías y solvencia.

Nosotros, insiste Jordi Navarro, “tenemos nuestra forma de trabajar y marcamos nuestra calidad y precio”. No obstante, pone en valor que Cisternas Navarro no está en una continua lucha por lograr o quitar clientes basándose en precios porque “nuestros clientes son conscientes del nivel de calidad que nos exigen y, por tanto, no podemos tirar los precios”.

Vista superior de una de las cisternas de la empresa

Tampoco hay que olvidar que en el sector del transporte de alimentación “no vale tirar los precios porque las empresas tenemos asociados una serie de costes que no se dan en otros”. Por ejemplo, en cada servicio que hacemos posteriormente tenemos que limpiar la cisterna por requisito legal de Sanidad, y estas operaciones tienen un coste que otros camiones no lo sufren. Por ello, “cuando se da un precio en nuestro sector se debe tener en cuenta toda los gastos que se tienen que cubrir”, matiza Jordi Navarro.

Otro aspecto que no debe olvidarse es que una cisterna para transportar aceite o chocolate puede costar hasta tres veces más que una tourline normal. Por ello, “hay que hace bien los números y se pueden aplicar rápels concretos a los buenos clientes pero no tirar los precios. No puede ser que las compañías de transporte pongamos dinero cada día para salir adelante, porque esto al final es morir poco a poco”.