Bélgica prohíbe el descanso semanal a bordo del camión
Descansar en el camión para cumplir con las pausas obligatorias que impone la Unión Europea es una práctica habitual desde hace años. El descanso en cabina, además, ha ido en aumento según el sector del transporte comenzaba a sufrir la crisis económica, porque es una forma de ahorrar costes, evitando tener que pagar por dormir en un hotel.
Pero Bélgica se ha empeñado en complicarle la vida a los transportistas y se convierte en el primer país comunitario que prohíbe realizar el descanso semanal de 45 horas a bordo del camión. Dejando al margen si es la mejor forma de descansar o no –las cabinas de los camiones en la actualidad poco tienen que ver a las de hace años–, sorprende una medida muy dura para el sector y que además todo indica que no será fácil de controlar su cumplimiento.
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La decisión adoptada por Bélgica ha sorprendido a los transportistas internacionales, que habían visto en los últimos meses cómo los intentos de implantar algo similar en Francia no habían fructiferado.
Ahora, la medida ya está implantada en Bélgica y su incumplimiento puede conllevar multas de hasta 1.800 euros. Pero el país centroeuropeo deberá clarificar de qué forma piensa controlar estas infracciones, dónde, y cómo ha realizado los descansos el conductor, algo que parece realmente difícil de hacer. Resulta evidente que el hecho de que un transportista esté dentro de la cabina no implicará siempre que esté llevando a cabo su descanso diario.
Entre los transportistas españoles que realizan transporte internacional, por cierto el sector que mejor está superando la crisis, se valora la medida como muy perjudicial. Además, se teme que Francia no tarde mucho en implantar la misma prohibición.
Suceda lo que suceda, lo que sí tienen claro es que en principio, así lo asegura el Reglamento CE 561/2006 que regula los tiempos de conducción y descanso para los conductores profesionales, autoriza a realizar el descanso semanal en aquellos vehículos que cuenten con litera.
Así las cosas, parece que Bélgica ha hecho una interpretación muy particular de la ley. El tiempo dirá en que termina esta historia, pero en principio implicará un incremento de los costes del servicio de transporte que ofrecen las empresas españolas.