El robo de camiones sigue siendo un drama para el sector
Las asociaciones de transporte integradas en el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) solicitaron en febrero al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, una serie de medidas encaminadas a evitar o reducir los ataques y robos que sufren los vehículos de transporte de mercancías por carretera.
El CNTC se hacía eco de una preocupación, siempre existente en el sector, pero que en los últimos meses se ha “incrementado de forma desmesurada”. Según los transportistas, “los delitos contra el camión, su carga y depósitos de combustible son constantes y ello implica, además, el incremento de que la integridad del conductor esté en peligro”.Lo que motivó la petición del sector en febrero fue un suceso acaecido en la localidad madrileña de Gétafe, donde un transportista resultó muerto al tratar de evitar el robo de los palés de madera que portaba su camión. Pero ese era sólo uno de los cientos de hechos de este tipo que se producen todos los días, en el origen de ello la aparición de “peligrosas bandas criminales y organizadas” que hacen su “particular agosto” robando a un sector ya muy castigado por su particular situación social y económica.
El último caso
Si bien podríamos recoger hechos varios que se producen todos los días –las redes sociales se hacen eco continuamente de la desaparición de vehículos o mercancías–, Cataluña ha tenido recientemente dos hechos de esta naturaleza, aunque afortunadamente en ambos casos los ladrones han sido detenidos.
El primer caso, según información de los propios Mossos d’Esquadra, se refiere a la desarticulación de una organización criminal que robó 25 camiones y siete remolques en Cataluña para revenderlos en países como Siria o Irak. No sólo sorprende el destino, también lo hace el hecho de que los vehículos eran posteriormente utilizados en los conflictos armados abiertos en sendos países.
Los datos reflejan que a lo largo del último año y medio, sólo en Cataluña, se han sustraído de cuatro a cinco camiones mensuales. Pero, ¿quiénes realizaban los robos? Como es evidente una banda criminal perfectamente estructurada al frente de la cual se encontraba una única persona quien dirigía el cómo y el dónde de la sustracción de los vehículos. Jefe y subordinados, mayoritariamente de origen marroquí, vigilaban las carreteras y áreas de servicio hasta encontrar lo que les habían solicitado, ya que trabajan “a la carta”.
Los vehículos sustraídos a lo largo del fin de semana eran transportados a los países mencionados por un grupo de entre 40 y 50 conductores, eso sí, una vez que los vehículos disponían de su “documentación en regla”, así nuevo nuevas matrículas, evidentemente falsas.