La Diputación de Guipúzcoa prevé implantar un nuevo peaje en autovías a partir de octubre de 2014, concretamente en la N-1, A-15, N-121-A y GI-632. El proyecto pretende obtener financiación para salvar la mala situación económica de Bidegi, la operada pública encargada de gestionar las autopistas A8 y AP1. La sociedad tiene en la actualidad un déficit de mantenimiento de más de 200 millones de euros.

De salir adelante el nuevo peaje, bautizado como ‘Arkupe‘, obligaría a instalar en las vías afectadas un sistema de cobro electrónico a través de pórticos, capaz de reconocer los TAG y VIA-T. Esta tecnología de arcos permitiría distinguir los vehículos ligeros y pesados, así como aquellos que estén matriculados en la provincia o fuera de ella, y aplicar así diferentes tipos de tarifa.

¿Quién estará obligado a pagar?
Todos los vehículos pesados, estén o no matriculados en esa provincia, deberán abonar el peaje (aunque se esperan descuentos para los camiones guipuzcoanos). Por el contrario, los turismos guipuzcoanos circularán gratis, mientras que los automovilistas de otros territorios pagarán el peaje, con un máximo de 25 euros mensuales.

Nada más conocerse la noticia,  asociaciones como CETM o ASTIC han manifestado su rechazo a cualquier medida de implantación de un peaje por el uso de infraestructuras, más aún si se trata de una medida discriminatoria por cuanto, una vez más, serán los profesionales, las empresas de transporte de mercancías las más perjudicadas.